"El que no ha visto como yo en un anochecer lluvioso de invierno una de esas ciudades perdidas en la llanura, cuando las primeras luces vacilantes comienzan a encenderse, y todo lo visible se iguala enterrado bajo la doble capa de la noche y de la intemperie, quizás cree haberla experimentado alguna vez, pero no conoce de verdad la tristeza".
"En esa ciudad supe por primera vez, por haber vuelto a ella después de muchos años, que la parte del mundo que perdura en los lugares y en las cosas que hemos desertado no nos pertenece, y que lo que llamamos de un modo abusivo el pasado, no es más que el presente colorido pero inmaterial de nuestros recuerdos".
De Las nubes, de Juan José Saer.
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