sábado, 7 de enero de 2017

‘Historia alternativa del siglo XX’, de John Higgs


Una historia transversal

“En marzo de 1917, el pintor modernista George Biddle, que vivía en Filadelfia, contrató a una alemana de cuarenta y dos años para hacer de modelo. Ella se presentó en su estudio y Biddle le dijo que quería verla desnuda. La modelo se abrió la gabardina escarlata. Debajo, estaba desnuda salvo por un sujetador hecho con dos latas de tomate y una cuerda verde, y una pequeña jaula para pájaros que contenía un canario con aspecto apenado y que llevaba colgada del cuello. Además de esto, sus únicas prendas de vestir eran unas anillas para cortinas, recientemente robadas de los grandes almacenes Wanamaker´s, que le cubrían un brazo, y un sombrero decorado con zanahorias, remolachas y otras hortalizas.
Pobre George Biddle, Ahí estaba, pensando que él era el artista y que la mujer que tenía delante, la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven, era su modelo. Pero con un único gesto la baronesa le anunció que la artista era ella y que él no era más que su público”.
El pasaje citado, proveniente del segundo capítulo de Historia alternativa del siglo XX, del periodista, guionista televisivo y ensayista inglés John Higgs, ofrece la clave de este libro particular, a medio camino entre la divulgación y la compilación anecdótica, donde de forma rápida se emprende un repaso a lo largo de una centuria especialmente convulsionada.
Para contar su historia alternativa del siglo pasado, Higgs apela a una travesía que, si bien está atada a una línea cronológica, no se ciñe enteramente a una linealidad de manual, sino que avanza por terrenos poco transitados por la historiografía oficial. Así, los nombres, los trabajos y la impronta que sobre el siglo fijaron personalidades como Albert Einstein, Salvador Dalí, Alfred Hitler y Dwight D. Eisenhower, se vinculan con personajes tan disímiles como el anarquista francés Martial Bourdin, quien en febrero de 1894 se propuso volar por los aires el Observatorio Real de Londres, explotando con su bomba casera unos metros antes de llegar al blanco (el episodio inspiró la novela El agente secreto, de Joseph Conrad); el matemático estadounidense John Nash y su trabajo sobre la ‘teoría de los juegos’ (que explica, ente otras cosas, porque ante el eventual incendio declarado en un teatro, se salvaría más gente de morir calcinada si todos salieran de la forma más ordenada posible y no, como ocurre siempre, si prima el egoísmo y todos pujan por salir primero) y el ingeniero soviético Sergei Koroliov, figura clave en la llamada carrera espacial, que en 1938 cayó víctima de la Gran Purga de Stalin, y tras pasar largos años en un campo de concentración, donde le arrancaron los dientes a cadenazos, logró recuperar su puesto en el andamiaje científico, convirtiéndose en diseñador de cohetes y en el responsable de haber puesto el primer objeto en órbita, a saber, una bola de metal de 58 centímetros de diámetro con cuatro largas antenas de radio, denominado Sputnik I.



En su repaso histórico, cargado de anécdotas y de datos curiosos, contados con un humor socarrón, que en ocasiones se burla de determinadas ideas surgidas en una época a la luz de cómo el tiempo las trató luego, John Higgs aspira a cierta totalidad referencial que, en ocasiones, le juega en contra. Así, cae en reduccionismos y verdades peregrinas, como cuando afirma que la práctica de acudir a la Iglesia, a lo largo del siglo XX, en Estados Unidos, se convirtió en una rutina de ancianos (en el capítulo llamado ‘El individualismo’) o como cuando le cae con todo al posmodernismo, metiendo en una misma bolsa a la arquitectura, la escultura y los videos musicales producidos en determinados años. Sobre el particular, es una pena que el autor derrape cuando, al inicio del mismo capítulo, propone y analiza la estructura del videojuego Super Mario Bros como una interesante forma de entender el posmodernismo.
Iconoclasta en su forma e irreverente ante las verdades de manual que ofrece la Historia Oficial, ese relato que se va armando entre la academia y la prensa, constituyéndose en agenda y en registro único de la verdad de la humanidad, permeado en las últimas décadas por la aparición y el dominio de la red, Historia alternativa del siglo XX es una obra más que atendible para comprender nuestro descerebrado presente y para tomar recaudo del alarmante futuro que nos espera.
Martín Bentancor



‘Historia alternativa del siglo XX’, de John Higgs. Traducción: Mariano Peyrou. 353 páginas. Taurus. Buenos Aires, 2016.

  
 -Publicado en semanario Brecha el 30/XII/2016.


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