domingo, 27 de noviembre de 2011

Pequeña antología de Néstor Groppa

Al fallecer, el pasado 4 de mayo en San Salvador de Jujuy, el poeta Néstor Groppa dejó tras de sí una obra extensa y variada; una obra que sigue esperando mayor difusión editorial y un contacto más amplio con la crítica especializada y con la Academia. Groppa fue, además de poeta, un educador de vocación, que no dudó, en 1952, en desplazarse desde la centralista Buenos Aires a Jujuy, para hacerse cargo de la escuela Sarmiento de Tilcara. Con otros amigos poetas y pintores, fundó la impresionante revista Tarja, la primera revista dedicada al arte que se publicó en el interior de Argentina y que alcanzó difusión nacional. El propio Groppa definió el manifiesto que alentó a aquella mítica publicación y que, por extensión, alcanza a su propia obra como poeta: “Siempre pensé que a nuestros poetas habría que obligarlos a tomar una pala, proveerlos de una lonja de tierra y que cultiven. Trabajar la tierra enseña mucho; lo que nace gracias a nuestras manos, purifica y es una gran sensación de utilidad regar con acequia, dar de comer a la semilla en el surco, hecho que nos pule de ripios interiores y por tanto de ripios poéticos. Yo no sé qué pasaría en Literatura el día en que los campesinos llegaran como creadores, como llegaron Jules Renard y Miguel Hernández. Toda la ciencia natural está en ellos. Todo el misterio y gozo de la vida y también los conocimientos de la muerte”.

A continuación, ASUNTO LITERARIO, ofrece una pequeña muestra de la poesía de Néstor Groppa como una humilde forma de homenajear su memoria.


La conexión eléctrica

Llovía.
Los obreros estaban con sus caparazones de plástico negro
y vivos anaranjados y azules y amarillos
subidos a un púlpito
casi al final de la escalera de la lluvia.
Manipulaban viboritas eléctricas
adormecidas en el interior de los cables;
separaban los voltios reacios; apartaban las chispas y sus almas
tratando de endilgar la procesión de la luz
hasta un fornido pacará
frente a la demolición de la casa vieja.

Tijereteaban savias magnéticas, potencias, tallos y voltios
en ese espinoso jardín de amperes
con flores mortales
acechando en la noche que conforma
el techo de las luces.
Desde aquel alto bajaban agua y neblina.
Fuerzas de seguridad provinciales
vigilaban la poda eléctrica, empalme e injertos en las alturas
entre todos los pájaros siempre con el amanecer encendido
en los ojos.

Ninguno advirtió que la maquinaria sosteniendo al púlpito
sería un caballo de Troya cargado de jardineros
electricistas
colgados del cielo por la cintura; pegados a los postes
con derrames de agua.
Y de pronto el grito y le aumentaron aplausos
por la hazaña de haber renovado la cadencia de la luz
sin despertar a las víboras del voltaje de su sueño continuado,
sin apagar los espejos de Emmanuel
que seguía cortando cabezas a la navaja en su peluquería
reciclada,
abajo -estilista él-
entre aerosoles, cortinitas, cremas y cumbias de la radio.


* * *

Puente de Galería

Me asomé a la vida
y estoy cruzando un puente largo, largo
para llegar a la noche de otros mundos.
Ahí alguien me espera
a los años
de andar ese puente de galería.

Aquí hermosuras, bellezas devenidas miserias
llamadas mundo
y domingos tristes
que llaman tiempo.

Donde me esperas
al final del puente
también están los feriados del mundo
desde antes de él.

Recuerdo casas, pensiones, alquileres,
familias, sanatorios, pueblitos.
Todos hacen una parte tristona
del llamado mundo,
pasantías en cáscara del tiempo.

De todo queda poco y nada – ¡Curioso?!

Cada uno cruza su puente galería
y lleva a las espaldas sus domingos
como bártulos el mochilero.
De cada cuál se recuerda algo
una sonrisa, la palabra, la sola inicial.
Los recuerdos anidan en el mundo,
en las cortezas de su tiempo.

Al final del puente
en celestes montañas de domingos enteros
habrá una melancolía florcita prendida en la fragilidad.


* * *

Esa mañana

Como un bien fregado piso de pinotea
huele la mañana
luego de la lluvia de anoche.
El cielo anegado, el paisaje sosegado
henchido de aromas
a barro, a aguas crecidas
botando su lecho.

Tal vez el mismo aroma haya tenido el aire
en aquel silencio
de luz,
anterior al mundo.

Lejos de aquel comienzo
paradas en el aljibe de la mediamañana
tersas, alegres
las pirinchas se interrogan
sobre los nidos de gorriones
en los altos del tipal.

* * *


Poeta se ofrece (con referencias)

Hace versos sencillos.
Arregla versos desechos, o corridos
y camperas (poesías).
También coloca adjetivos vidriados (con garantía).
Indica precisos y modestos sustantivos de uso natural.

Poeta se ofrece cama afuera
o mediodía, sin comida.
Siempre a domicilio en lecciones personalizadas.
-prosistas sin ángeles ni vuel0, abstenerse-
Poeta sin master.

No confundir con otro Dr. en Literatura, ni licenciado,
ni filólogo, ni lingüistica. Respeta la tecnocracia literaria
y la ornitológica (terrena o celestial),
además de la tensión semasiológica, la espacialidad
y el alma de la palabra (libro de Mallén Garzón).

Poeta solamente licenciado en “gramática de los sentimientos”.
No enseña a leer, pero está en contacto con “la empresa Takara
que interpreta las emociones de los perritos
usando un megáfono en el can y una pantalla
para perros japoneses”.

Se respetan todas las creencias literarias.
Se respetan la ciencia literaria
y demás profundos saberes.


* * *


El ómnibus que va al cielo

sale de plataforma once
en la terminal de San Salvador de Jujuy
poco antes del mediodía, apenas un antes de que el mediodía
deslumbre al Trópico de Capricornio.
todos los miércoles y domingos anunciados
por almanaque
y orientados hacia el palomar de Susques
suspendido aún del alambre invisible del
trópico
a tres y metros de altura
a los que se llega en las primera horas de la noche ya en el cielo.
Allí pernocta su chapeada,
rojiza carrocería al sereno y al viento
calador de San Antonio de los Cobres
el ómnibus que va por el cielo.

Una vez lo vimos volviendo en día siguiente
aventando salinas, tartajeando sus luces,
saltando oro para lavar a la intemperie y pastos chicos
del departamento.
Se lanza desde el redondelito de Susques
que está sobre el tensor
de Capricornio o Huacalera
hasta una plataforma asignada
( otras veces la 14 ) en la terminal de San Salvador
de Jujuy.

Dos veces a la semana todas las semanas
en bonanza o calvario
lleva cartas y pasajeros por el cielo
sacudiéndose en el barquinazo al cruzar la sombra
finita del trópico
el ómnibus letrado Purmamarca
que de regreso planea con carga parecida
y aposenta sus intervalos y descansos en algunas de las calles
del barrio donde está mi casa.

Siempre que lo encontramos, fue entre Yala y León
( pueblitos con parada )
parecía una calavera quejosa de polvo del
Andes
volviendo para alimentarse.


* * *


Aquí en mi patria

existen más de 500 años de historia contada;
más de 200 mil lunas y sol a plomo,
y mucha bondad, ignorancia, bestialidad,
sabiduría, conciencia, traición,
frivolidad, hambre y riqueza.
Doscientas mil lunas en que mi patria
también fue la infancia del mundo.
Pasó de la toldería, el chiripá y la motoneta
a la aventura, el robo, el último modelo.
Doscientas mil lunas con un simple destino de cardo
y otras tanto progresando diariamente.
Pero esta mariposa celestial y terrena
este canto que vuela y maravilla de hombre en hombre,
inaudible y mudo y polvo,
tiene sus doctores, sus financistas, sus funcionarios,
sus viboreros y sus teólogos,
sus funestos, en fin, que la arreglan y presentan,
y declaman y gobiernan embalsamada
y tiene un corona lejana en el lucero del alba
adonde va y regresa, incesantemente,
y también un halo en cielo azul nocturno
y un sueño de acero en flor.
Porque la historia es incluso lo que no quieren que sea;
lo que el hombre ha dicho con la música también es historia.
Hasta en el futuro está la historia.

* * *


Nos deben seguridad, respeto y demás dignidades
las bonificaciones que nos adeudan por escribir,
por tal honoraria devoción;
de una vida entregada a la poesía,
sin ausencias ni tardanzas;
el básico, más antigüedad, la jerarquización
y el seguro obligatorio por haber muerto tantas veces
en pos de las imágenes,
nos están debiendo
El once por ciento aportado por la inspiración
y la dedicación exclusiva...

________

- La introducción y selección de los poemas pertenecen a Martín Bentancor.

2 comentarios:

Camila dijo...

Disfruto mucho de la literatura y de vivir distintas cosas. Muchas veces he obtenido Vuelos a
Buenos Aires
para disfrutar de los autores que dan seminarios literarios en dicha ciudad ya que me encantan

Ediciones La Yunta dijo...

Un poeta excepcional, dotado de una gran sensibilidad; ve cosas que, aparentemente, pasan desapercibidas y él las transforma, tras su visión, y, fundamentalmente, con su escritura.
Poeta para releerlo.-
Muchas gracias por su publicación.
Milton Rodríguez