domingo, 28 de noviembre de 2010

Soldados

El poema se ha mantenido por tradición oral y, pese a los intentos realizados, ASUNTO LITERARIO no puede consignar el nombre del autor. La escena transcurre en una tienda de campaña durante las instancias previas a un combate; los soldados pueden ser de un bando o del otro (la brutalidad de la guerra los iguala aún más a todos); la imagen, espeluznante.

Fue en los tiempos aciagos de la Patria,
cuando el dueño y señor de las guerrilla
por el monte, el llano y la cuchilla
desparramó el coraje de mi raza.

-¿Y vos, que estás haciendo ahí, temblando e miedo?
¿No has sentido el clarín que ha degollar nos manda?
Andá muy pronto y hacé jareta en la patriada
porque sino, como que soy el comandante Arguello,
juro partirte el corazón por maula.

-No, si ya via dir a hacer mi dentradita,
si me he quedao no ha sido por flojura,
sino que jue pa´cerme esta costura
porque me iba a quedar sin una tripa...

Y alzando la bayeta enrojecida
puso del comandante a la mirada
con tientos de cabresto, diez puntadas
que cerraban dos cuartas de una herida.

Algunas consideraciones sobre el lenguaje. La "bayeta" a la que acá se refiere es, sin dudas, el propio poncho del soldado. Los "tientos del cabresto" son tiras de un cuero fino que ofician como el hilo para ejecutar los puntos de la rústica cirugía. La expresión "hacer jareta" o, como lo expresa el comandante Arguello "hacé jareta en la patriada" designa al hecho de hacer valer su condición de duro guerrero, exhibirse, mostrarse, cubrir el frente ante el enemigo.

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